La señora Potter no es exactamente Santa Claus

Laura Fernández

Una sólida historia sobre la maternidad, la creación y la renuncia, la soledad del incomprendido, el arte como refugio y la construcción y la destrucción del relato único de aquello que somos.

La fama de Kimberly Clark Weymouth —una pequeña ciudad en la que siem­pre nieva y donde Louise Feldman ambientó el clásico infantil «La señora Potter no es exactamente Santa Claus»— permitió a Randal Peltzer abrir una exitosa tienda de souvenirs. Cada día, la ciudad recibe a lectores de la excéntrica escritora y, a regañadientes, vive de ella. Pero ¿qué pasaría si, har­to de un destino que no ha elegido, Billy, hijo de Randal, decidiese cerrar la tienda para mudarse a otra ciudad? ¿Podría Kimberly Clark Weymouth per­mitirse dejar de ser el lugar que ha sido siempre y convertirse en otra cosa?

Un cruce entre el siniestramente encantador ambiente de Los Gremlins de Roald Dahl y la más sesuda y alocadamente digresiva de las novelas de un T.C. Boyle que hubiese leído más de la cuenta a la desamparadamente salvaje Joy Williams. Una novela que pretende hacer saltar por los aires la sola idea de la existencia del relato, o del relato único de aquello que somos, porque si algo somos es una infinidad de posibilidades. Un canto hilarantemente triste a la libertad, y, por lo tanto, a la destrucción de todo lo preconcebido, en el que hasta el último papel es admirable y ferozmente sagrado y absurdo a la vez.

TEMAS Y CLAVES DE LA NOVELA

• Como si se tratara de un dispositivo de cajas chinas, La señora Potter no es exactamente Santa Claus es una novela que contiene en sí a otra novela, y a un sinfín de historias que proliferan a la misma vertiginosa velocidad que lo hacen los personajes que las pro­tagonizan: criaturas tiernamente extravagantes, lu­minosas y al mismo tiempo desvalidas que habitan un mundo insólito.

• La señora Potter no es exactamente Santa Claus cuestiona la naturaleza misma de la ficción y de los relatos que construimos.

• Si bien en la novela de Laura Fernández hay altas dosis de humor y absurdo, y un encanta­dor aire de magia propio de la literatura infantil, la obra no se agota en la comicidad y la fantasía más lúdica. Por el contrario, Fernández nos ofrece una historia que reflexiona en profundidad y con lúcida sensibilidad acerca de la creación literaria, el arte como refugio, el fracaso, la soledad de los in­comprendidos, los contradictorios sentimientos que desata la maternidad y aquellas heridas de infancia que todo adulto esconde dentro de sí.

Editorial Literatura Random House
Páginas 608
Fecha de publicación 4-11-2021
Más información sobre el libro

Laura Fernández

Laura Fernández (Terrassa, 1981), es autora de cinco novelas: Bienvenidos a Welcome (Elipsis 2008 / Literatura Random House, 2019), Wendolin Kramer (Seix Barral, 2011), La Chica Zombie (Seix Barral, 2013), El Show de Grossman (Aristas Martínez, 2013), Connerland (Literatura Random House, 2017) y La señora Potter no es exactamente Santa Claus (Literatura Random House, 2021). Su obra ha sido traducida al francés y al italiano, y sus cuentos han sido incluidos en numerosas antologías. Sus historias tienen el punch de un Douglas Adams que hubiera leído más de la cuenta a Stella Gibbons, o Evelyn Waugh, y la ambición de complejo mundo aparte de un Thomas Pynchon fan de Stephen King. También es periodista y crítica literaria y musical, y una apasionada entrevistadora de escritores. Actualmente escribe únicamente para El País, aunque ha colaborado en una infinidad de medios en el pasado. Hace años también trabajó en un videoclub y montó una banda. Tiene dos hijos y un montón de libros de Philip K. Dick.
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